Altas colinas, vientos que ayudan y paisajes impresionantes: esto es lo que hace que el parapente sea viable, divertido y adictivo. Encontrarás todo eso a las puertas de Dublín, en el condado de Wicklow. Esta región es conocida como el Jardín de Irlanda por su belleza natural, pero no se compone sólo de paisajes apacibles. Al contrario, las montañas de Wicklow son la mayor cadena montañosa de la isla de Irlanda, y su pico más alto -el Lugnaquilla, a 925 metros sobre el nivel del mar- se eleva más alto que cualquier otra montaña del este del país. Entre las crestas y los valles de este parque nacional, hay algunos puntos de despegue muy convenientes para el parapente, donde las laderas anchas e inclinadas de las montañas se orientan en la dirección perfecta para captar los vientos dominantes.

Si preguntáramos a un grupo de parapentistas qué es lo que más les gusta de este deporte, tendríamos tantas respuestas como personas. Pero algunos temas comunes serían la sensación de volar sin motor ni estructura rígida, y las vistas que se disfrutan desde este punto elevado. Cuando se trata de vistas, este condado cuenta con algunas de las mejores. Además de panorámicas de montañas y valles, que descienden hasta lagos, bosques y el Mar de Irlanda, en las montañas de Wicklow pueden verse pruebas de antiguos asentamientos humanos. Volar aquí es una experiencia inolvidable y, en comparación con otros destinos más conocidos del mundo, el precio es una ganga.

¿Dónde están los mejores sitios para volar en parapente en el condado de Wicklow?

Todos los lugares de despegue del condado se encuentran en el Parque Nacional de las Montañas de Wicklow, que abarca 205 kilómetros cuadrados de paisaje natural. Algunos de estos lugares son ideales para entrenamientos y vuelos en tándem, mientras que otros son más adecuados para pilotos profesionales.

• Black Hill: Los lugareños conocen esta montaña como Lacken, y los pilotos de parapente la conocen como un lugar fantástico, y fiable, para elevarse en el aire. Su altura supera los 600 metros sobre el nivel del mar, y se alza sobre el embalse de Blessington -el nacimiento del río Liffey de Dublín-, donde soplan vientos del suroeste. Estos vientos son perfectos para inflar un ala de parapente, que pasa de ser lo bastante pequeña como para caber en una mochila a lo bastante grande como para elevar a una o dos personas en el aire en unos instantes. Una vez en el aire, puedes planear por encima del embalse y disfrutar de las vistas de las montañas locales y de los picos más altos del sur.

• Lough Bray: En realidad, aquí hay dos lagos, que se asientan bajo una cresta en forma de "W". El punto central de la W se conoce como el Risco del Águila (Eagle's Crag). Se trata de un promontorio de granito con espectaculares vistas hacia el este; algunos dicen que desde él se pueden ver incluso los picos de Snowdonia, en Gales del Norte, en un buen día. Para aumentar tus posibilidades, deberías sobrevolar el paisaje en parapente. Otro punto de referencia de la zona es la Tumba del Paso de Seefin, un túmulo funerario que data de hace unos 5.000 años. Un vuelo más largo desde aquí podría llevarte a Glendalough, un emplazamiento monástico medieval situado en un impresionante valle verde.

• Tonelagee: El nombre irlandés de esta montaña se traduce aproximadamente como "espalda al viento", lo que nos da una idea de por qué es un buen lugar para comenzar un ascenso en parapente. Es un pico impresionante, que alcanza más de 800 metros de altitud, lo que significa que no es tan popular entre los pilotos, que prefieren ganar altura volando en lugar de senderismo.

Opciones para organizar una experiencia

- ¿Hasta qué punto quieres tomarte en serio el parapente? Si estás preparado para el reto, con el compromiso y la energía necesarios para aprender sobre el equipo, las técnicas y la teoría, Wicklow es el lugar ideal para ti. Aquí puedes dar tus primeros pasos para convertirte en un piloto competente, en un curso de prueba de 2 días o en un curso elemental más largo. Deberías ser capaz de realizar vuelos cortos por la ladera de la colina el primer día, y de pasar más tiempo en el aire el segundo. Convertirse en un piloto completo requiere un compromiso más largo, con vuelos combinados con estudios en tierra y algunos exámenes, pero se puede hacer todo aquí mismo.

- Aparte del vuelo, un curso de formación incluirá información sobre la elección de los lugares de despegue, las condiciones meteorológicas, el uso y mantenimiento del equipo y mucho más. Si eso te parece un obstáculo para disfrutar de las sensaciones del vuelo, deberías elegir un vuelo en tándem. Un piloto experimentado se encargará de todos los detalles complicados, y del vuelo en sí, y tú irás como su pasajero. Es la mejor manera de ver el condado a vista de pájaro, sentir la emoción del vuelo propulsado por el viento y vivir momentos de calma ingrávida. El piloto puede hacer las veces de guía turístico, señalando lugares de interés tanto locales como lejanos.

Requisitos para hacer esta actividad

Como decimos, un vuelo en tándem es la experiencia perfecta para un pasajero cuando se trata de esta actividad. No se necesita experiencia previa para disfrutar de uno de ellos, ni tampoco ser un participante habitual de deportes de aventura. Aparte de caminar cuesta arriba hasta las pistas de despegue, dar unos pasos rápidos cuesta abajo con su piloto al despegar y levantar los pies al aterrizar, no se requiere ninguna acción física por tu parte. Lo único que hay que tener en cuenta es que necesitarás el permiso de tus padres si eres menor de 18 años, y que debes pesar entre 30 y 100 kilos para que el vuelo sea viable.

Se puede organizar un vuelo en tándem individual, en pareja o en grupo pequeño para volar el mismo día. Disfrutar juntos de los cielos es una forma realmente especial de pasar un día con sus seres queridos, así que ¿por qué no sorprender a toda su pareja, familia o amigos con una experiencia como ésta que nunca olvidarán?

Si vienes aquí para aprender a pilotar un parapente, tienes que ser mayor de 18 años. De nuevo, no hace falta estar en plena forma para despegar y pilotar, algunos pilotos siguen volando hasta bien entrados sus setenta años, pero tienes que estar preparado para pasar la mayor parte del día subiendo y bajando cuestas, agachándote para ordenar el equipo y volando de verdad, en varias ocasiones.

Aquí, todo está listo, ¡sólo faltas tú!