Si buscas una aventura llena de salpicaduras y velocidad, Escocia es tu lugar. Montañas y valles canalizan el agua de lluvia y de deshielo hacia estrechos desfiladeros donde el agua se tiñe de blanco. Aquí es donde puedes disfrutar del rafting en aguas bravas, enfrentándote a las fuerzas de la naturaleza a bordo de una balsa hinchable armado sólo con un remo: ¿perderás los nervios o te convertirás en el dominador de los rápidos?

Y no es la única forma de disfrutarlo: ¿por qué no pruebas a construir tu propia balsa? La definición es que tiene que flotar en el agua, así que puedes hacer una versión rudimentaria con una variedad de objetos diferentes, como bidones y tubos de plástico, palos de madera y cuerda para atarlo todo junto. Si eliges esta experiencia, te centrarás sobre todo en el trabajo en equipo necesario para construir la balsa, y no se espera que te enfrentes a ríos caudalosos. En cambio, pondrás a prueba tu trabajo en aguas más tranquilas. Sea cual sea la opción que más te guste, vamos a contarte cómo sacar el máximo partido a tu tiempo y a tu dinero, y vivir una aventura que te acompañará siempre.

¿Dónde están los mejores sitios para hacer un descenso de rafting en Escocia?

• Perth y Kinross: Aunque no cuenta con los picos más altos, esta región es un paraíso para los amantes de las aguas bravas, ya que es donde las Highlands se encuentran con las tierras bajas y numerosos ríos tienen rápidos que pondrán a prueba sus nervios. Los principales son el río Tay y el río Tummel, que se pueden recorrer en balsa en diferentes lugares para distintos niveles de intensidad. Otros ríos más pequeños que también merecen una visita son el Garry y el Braan.

• El Parque Nacional de Cairngorms: Gran parte del agua que fluye por Perth y Kinross procede de este parque montañoso. Puedes practicar este deporte en el origen en el río Spey, cerca de Aviemore, que tiene algunos tramos sorprendentemente suaves junto a rápidos, y en el río Findhorn. Se trata de uno de los ríos más fiables durante todo el año, con numerosas rutas a lo largo de su recorrido desde las montañas hasta Moray Firth.

• El Great Glen: es uno de los rasgos definitorios de esta región, una enorme falla geográfica que atraviesa las Highlands de este a oeste. El lago más grande y famoso de la región, el lago Ness, se encuentra aquí y está conectado a una serie de lagos más pequeños por ríos. Algunos de ellos, como el río Oich y el río Moriston, son rápidos y emocionantes, mientras que un tranquilo paseo en balsa te espera en el río Ness, que conecta el lago Ness con el mar en Inverness.

• Fort William: Esta ciudad, situada en el otro extremo del Great Glen, es un centro neurálgico para los montañeros que abordan las montañas más altas de la zona. La lluvia que cae en esas montañas tiene que ir a parar a alguna parte, y la encontrarás cayendo hacia el mar en el río Orchy y el río Spean, que ha cortado una impresionante garganta en el paisaje de las tierras altas.

• Glasgow: Que sea la ciudad más grande no significa que no puedas practicar esta actividad aquí. De hecho, es el único lugar del país que cuenta con una instalación artificial de aguas bravas en Pinkston Watersports, donde podrás surcar los rápidos a tu antojo durante todo el año. Pero si eso no es exactamente lo que tenías en mente, el río Doon, en Ayrshire, no está lejos y aquí puedes disfrutar de auténticas aguas bravas.

• Construcción de balsas: En general, los mejores lugares para construir balsas son los lagos, con mucho espacio en la orilla para la construcción y mucho espacio en el agua para jugar. Hay lagos en los Cairngorms que son estupendos para esta actividad y en los Scottish Borders, en Whithaugh Park. Pero también es posible en otras masas de agua, siempre que no tengan una corriente lo bastante fuerte como para arrastrarte. El canal Forth and Clyde, que atraviesa las Lowlands desde Falkirk hasta Glasgow, es una buena opción, al igual que algunos tramos del río Spey en los Cairngorms.

Opciones para vivir esta experiencia

El rafting en aguas bravas en Escocia significa recorrer rápidos y aguas bravas a velocidades que te pondrán los pelos de punta. Para mantenerlas a flote y protegerlas de rocas u otros obstáculos, todas las balsas son hinchables, pero hay una gran variedad de estilos entre los que puedes elegir. La embarcación clásica es la balsa de tamaño normal, en la que caben hasta 6 u 8 personas, remando desesperadamente a ambos lados para dirigirla. Un híbrido innovador entre balsas y kayaks se conoce como duckie o hot dog. Permiten que dos personas viajen juntas y se controlan con remos de kayak de doble punta. Pero las mayores emociones se obtienen con el tubing o el bugging, que consisten en enfrentarse a los rápidos en una especie de anillo de goma, con la diferencia de que el bugging está abierto por delante y los pies están constantemente en el agua.

Protegerse de los obstáculos no es tan importante cuando se construye una balsa; de hecho, parte de la diversión consiste en ver cómo la obra de alguien se viene abajo a mitad de la travesía, arrojando a la tripulación a las frías aguas escocesas. Ésta es una de las razones por las que se organiza como actividad de grupo, a menudo como parte de un programa de formación de equipos. Los grupos grandes pueden dividirse en equipos a los que se les proporcionan los materiales, antes de competir para ver quién tiene más éxito con su balsa en el agua.

Requisitos para hacer esta actividad

Los ríos son cursos de agua en constante cambio. A lo largo de su recorrido, en distintas épocas del año y dependiendo de las condiciones meteorológicas, la personalidad de los ríos de Escocia varía enormemente. La buena noticia es que, con tantos donde elegir, siempre hay una opción para una aventura. Los ríos de corriente rápida y los viajes en balsas individuales como el tubing y los bugs están reservados para mayores de 16 años, pero los ríos más tranquilos pueden ser perfectos para excursiones familiares, con itinerarios para niños de tan sólo 8 años en verano. No hace falta ser un gran nadador para participar, ya que la actividad no se practica en aguas profundas.

La construcción de balsas es una opción estupenda para pasar un día con un grupo de jóvenes, como Scouts o Guías, o con un grupo de adultos si quieres llevar al equipo del trabajo a un desafío de trabajo en equipo diferente. Algunos operadores atienden a todas las edades a partir de los 8 años, mientras que otros sólo disponen del equipo adecuado, incluidos chalecos salvavidas, para adolescentes o adultos.

¿Cuánto dura una experiencia?

Por muy cuidadoso que seas cuando practiques este deporte, te vas a mojar. Si a eso le sumamos el esfuerzo que hay que hacer para controlar la balsa con un remo, se trata de una actividad de alta adrenalina. Si es la primera vez que practicas esta actividad, estarás listo para darla por terminada al cabo de 2 horas, pero los más experimentados pueden encontrar rutas que duran 3 horas o más.

La construcción de balsas puede organizarse para adaptarse a cualquier horario, pero una opción habitual es una sesión de 2 horas, que da tiempo a todos a participar en el proceso de construcción, antes de lanzarse a las aguas de un lago escocés y descubrir de lo que es capaz la balsa. También se pueden organizar sesiones más cortas de 1 hora si tiene un programa muy apretado.

¿Eres un corredor de rápidos o ingeniero de balsas? Háznoslo saber y encontraremos la experiencia adecuada para ti.